01 SETIEMBRE DE AGOSTO DE 2013
DOMINGO 22° DURANTE EL AÑO - Misa:
del Propio. Gloria. Credo. Liturgia de las Horas: del Propio. 2a
semana para el Salterio.
Primera lectura
Lectura del
libro de Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29
Debes
ser humilde para obtener el favor del Señor
17Hijo mío, realiza tus obras con modestia y
serás amado por los que agradan a Dios. 18Cuanto más grande seas,
más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, 20porque
el poder del Señor es grande y él es glorificado por los humildes. 28No
hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado
raíces en él. 29El corazón inteligente medita los proverbios y el
sabio desea tener un oído atento.
Palabra de Dios.
Comentario:
En esta primera lectura observamos dos cosas: Primero, a
cada uno de los consejos de v. 17 y 18 sigue una promesa: a la modestia, le
sigue ser amado por los que agradan a Dios; a la humildad, le sigue el favor
del Señor. La centralidad de estos premios están en Dios, que es grande en su
poder. Al mismo tiempo se plantea el hecho de la enfermedad del orgullo, un mal
casi imposible de desterrar del corazón que lo sufre. Por eso, la persona
inteligente y sabia, medita sobre lo enseñado y presta atención a esa sabiduría
que viene de Dios.
Salmo Responsorial
Salmo 67 (68), 4-5a.c. 6-7b.
10-11
R.
¡Señor, Tú eres bueno con los pobres!
4Los justos se regocijan, gritan de gozo
delante de Dios y se llenan de alegría. 5¡Canten a Dios, entonen un
himno a su Nombre! Su Nombre es "el Señor". R.
6Dios en su santa Morada es padre de los
huérfanos y defensor de las viudas: 7él instala en un hogar a los
solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos. R.
10Tú derramaste una lluvia generosa, Señor: tu
herencia estaba exhausta y tú la reconfortaste; 11allí es estableció
tu familia, y tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre. R.
Comentario:
Dios es mostrado, en este Salmo, como el
protector de los huérfanos y viudas, de los solitarios y cautivos. Dios se
muestra entonces como quien vigila a los más desposeídos, quien les presta
ayuda en el momento de desvalimiento. Así se muestra Dios no solo como la
seguridad del cuidado que necesitamos, sino también como el gran ejemplo que
tenemos que imitar. También podríamos pensar que Dios ejerce su bondad infinita
a través de nosotros, mensajeros de su gracia y amor, sus ángeles en el mundo.
Somos los "justos" que alegres servimos dando esperanza a los que
nada tienen, a los que carecen de todo.
Segunda lectura
Lectura de la
carta a los Hebreos 12, 18-19. 22-24
Ustedes
se han acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios viviente
Hermanos: 18Ustedes no se han acercado a algo
tangible: fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, tempestad, 19sonido
de trompeta, y un estruendo tal de palabras, que aquellos que lo escuchaban no
quisieron que se les siguiera hablando. 22Ustedes, en cambio, se han
acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén
celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, 23a la
asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han
acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos
que ya han llegado a la perfección, 24a Jesús, el mediador de la Nueva
Alianza, y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel.
Palabra de Dios.
Comentario:
"Para el autor
de la Carta a los Hebreos, la salvación adquirida mediante la "nueva
alianza" consiste en obtener una gran familiaridad con Dios. Dios se ha
hecho cercano al hombre (cf. Dt 4, 7. 34) para que éste se pudiera acercar cada
vez más a Dios. Ahora bien, para llevar a cabo este "encuentro especial", siempre según este autor, hace falta la
fe: Sin fe es imposible agradarle, porque
para acercarse a Dios es preciso creer que existe y que no deja sin recompensa
a los que lo buscan" (Heb 11, 6) [P. G. Cabra].
Aleluia (Mateo 11, 29ab)
Aleluia. "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de
mí, porque soy paciente y humilde de corazón", dice el Señor. Aleluia.
Evangelio
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 14, 1. 7-14
El que se eleva será
humillado y el que se humilla será elevado
1Un sábado, Jesús
entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban
atentamente. 7Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros
puestos, les dijo esta parábola: 8"Si te invitan a un banquete
de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido
invitada otra persona más importante que tú, 9y cuando llegue el que
los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y así,
lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. 10Al
contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que
cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, acércate más", y así
quedarás bien delante de todos los invitados. 11Porque todo el que
ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". 12Después
dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no
invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos
ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. 13Al
contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los
paralíticos, a los ciegos. 14¡Feliz de ti, porque ellos no tienen
cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los
justos!".
Palabra del Señor.
Comentario:
7Y al notar cómo los invitados
buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
Hoy Jesús nos enseña el valor de la humildad, nos
previene, para nuestro bien, del deseo de ser grandes. Nos dice la Palabra que
Jesús era bueno, pero no tonto, y se dio cuenta de la desesperación de los
invitados por tener los primeros puestos. Mucho no ha cambiado la cosa cuando
vemos la desesperación de muchos que buscan acomodarse en los primeros lugar y
salir en todas las fotos, estar en todas las fiestas o acontecimientos. Buscar
los primeros puestos no solo es la soberbia más grande, sino también es una terrible
muestra de incapacidad para vivir la propia vida sin la aprobación de los
demás.
8"Si te invitan a un
banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que
haya sido invitada otra persona más importante que tú, 9y cuando
llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio', y
así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
El consejo es muy claro, pero puede más nuestra
incapacidad para ver la realidad la que la inteligencia y, aún hoy, seguimos
buscando los primeros puestos. Parece que tenemos la mente frágil cuando se
trata de recordar las vergüenzas pasadas y volvemos a cometer los mismos
errores. ¡Sé humilde!, deberíamos repetirnos todas las mañanas para no salir
avergonzados por el bochorno que puede provocarnos la soberbia.
10Al contrario, cuando te
inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que
te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien delante de todos
los invitados. 11Porque todo el que ensalza será humillado, y el que
se humilla será ensalzado".
¡Al contrario”, dice el Señor. Veamos las palabras
que usa para el hombre humilde: “Amigo, acércate más”. Ya no te van a hacer
pasar vergüenza, vas a quedar como “Amigo”, y un amigo “cercano”. “Señor, con
tu gracia, haz que podamos cobijar la humildad en nuestros corazones para que
escuchemos tu voz amada diciéndonos: “Amigo, acércate más”.
12Después dijo al que lo había
invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni
a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te
inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Y ahora, Jesús se dirige a los que invitan a su
fiesta. Salvo contadas excepciones, en esto nadie le hace caso al Señor.
Nuestras fiestas son hechas para los amigos, para los que pueden devolvernos,
para la gente “importante”, de la cual podemos, o creemos poder, sacar algún
favor o concesión. “Mucho no hemos cambiado desde que estuviste con nosotros,
Señor, en realidad parece que estamos peor”.
13Al contrario, cuando des un
banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
14¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así
tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!".
Aunque el Señor sabe que mucha importancia a sus
palabras no le van a dar, insiste con la idea. Es que Jesús no puede con su
genio. Así vive Él, así habla. Nunca vamos a encontrar doblez en el Señor, no
dice una cosa y hace otra… No. Jesús no juega a ser salvador, Jesús se toma en
serio su tarea de Salvador y Maestro. Aunque no lo escuchen el insistirá
siempre y en la cara nos dirá lo que tiene que decirnos.
De nuevo nos enseña a ser bienaventurados. Ayudar a
los que no tienen para devolver, compartir con los que no tiene nada para dar…
esa es la clave. Y como ellos no tienen nada para dar, la recompensa por el
servicio, la entrega el PADRE DIOS. la resurrección final es el premio por
compartir hoy, por servir hoy, por dar sin esperar devolución. Como vemos poca
cosa hay que hacer para recibir tamaña recompensa. Salgamos de la soberbia,
volvamos al camino de la humildad y la generosidad y nuestra vida será feliz
aquí y, sobre todo, en la eternidad. Amén.